En primer lugar debemos tener claro que ¡una web no sirve para nada si no sabemos para qué la queremos! por ello debemos establecer los objetivos de la web corporativa. El objetivo prioritario suele ser dar a conocer la empresa y sus productos y servicios en la red de redes, en algunos casos el objetivo consiste en reforzar la notoriedad de las marcas, más que en crear oportunidades de negocio o de venta. Es habitual que un sitio web comparta varios objetivos, por ejemplo, conseguir clientes y darles soporte, actuar como medio de comunicación, ser una plataforma de gestión del conocimiento y ofrecer formación, ser canal de venta…
Al establecer los objetivos no debemos olvidar que la web es un medio absoluto, dinánimo e interactivo, cualidades que lo hacen diferente a los otros medios. Y donde el usuario participa activamente.
Al diseñar un portal son fundamentales los criterios de usabilidad y persuabilidad. Bajo criterios de usabilidad buscamos que el usuario encuentre el portal eficaz (que encuentre lo que anda buscando), eficiente (que lo haga rápido y sin esfuerzos) y satisfactorio (con una experiencia de uso agradable).
La usabilidad aporta beneficios a los usuarios pero también a la empresa, que debe lograr el cumplimiento de sus objetivos de marketing.
Al tener en cuenta la arquitectura del portal bajo criterios de persuabilidad buscamos incitar al usuario a realizar alguna acción determinada: la compra de un producto, la solicitud de un presupuesto, que nos facilite sus datos para entablar contacto,etc.
El siguiente paso sería definir los elementos que nos facilitarian la usabilidad y persuabilidad del sitio web.
El siguiente paso sería definir los elementos que nos facilitarian la usabilidad y persuabilidad del sitio web.
